Carta de despedida
Empezaría describiendo lo maravillosa que es esta universidad, Pero todos los que estudian, o estudiaron saben de antemano las cosas buenas buenas de esta alma mater. admiro a la gente que lucha cada día porque siga en pie, admiro la academia, la posición histórica y el planteamiento crítico que desde acá se le hace a cada aspecto social, político y económico del país. No por ello estoy diciendo que no existan cosas malas, porque las hay. La universidad vive a pesar de que la aquejen tantos males.
Desde que Salí del colegio por allá en el 2008 mi objetivo estaba claro: quería ser estudiante de la universidad nacional, así que fui a por ello, siempre fui el estudiante hiperactivo y cansón a el que las profesoras le cogían cariño, pero siempre le repetían lo mismo: su indisciplina afecta su rendimiento académico. Cuando Salí la tenía clara: o era medicina veterinaria o era antropología, me tomé un año sabático en el que estudie, me preparé y me presente. La universidad me recibía con los brazos abiertos para estudiar medicina veterinaria, poniendo antropología de segunda opción. Pasé. Ya se imaginarán la dicha, aparte era esta o ninguna, no nací en una familia con bolsillo amplio que pudiera proveerme de educación privada.
fueron 2 semestres de pura recocha, el primer semestre lo pasé sufriendo, en el segundo me puse las pilas, pero por cuestiones de salud , de problemas familiares y afectivos decidí no volver, hoy en día pienso que fue una decisión cobarde, ni siquiera aplacé, no cancelé, me fui así nada más.. Mi gusto por los animales era solo eso, un gusto, no una vocación profesional.
Los años posteriores fueron de puro trabajo: vendedor, mesero, ayudante de ferretería, una mierda entera, la vida no es tan buena como la pintan, fueron 2 años convenciéndome de que sin educación sería tan solo una fichita más, reemplazable, intrascendental, para nada importante.
Me volví a presentar este año a la universidad, cansado de la monotonía de la vida de adulto, con sed de progreso y conocimiento, quería repetir la fórmula de los años anteriores: primera opción antropología, detrás y muy cerca estaban psicología, sociología y trabajo social.
me sentí decepcionado cuando mis chances se vieron relegadas por el nuevo formato de admisión a la universidad. Impotente y decepcionado porque tal vez mis capacidades no fueron las suficientes para obtener un puntaje más alto, cruzando los dedos, y sabiendo que estaba en el grupo 3 me puse a seleccionar las carreras que aún estaban. Chao antropología. La selección fue la siguiente: psicología, sociología y trabajo social; bienvenida filología clásica. A esta última fui admitido. Era eso o nada.
La carrera no me llena, y estudiar algo que a uno no le gusta es como “verraco”, la persona con la que vivo y de cierta manera me cuida se va el próximo año a otro país, yo no vivo con mi madre, y no podría volver a vivir con ella. en este punto de la vida estoy empezando a preocuparme, ya no soy un pelao’ de 18 años el cual tiene tiempo para hacer lo que le plazca, tengo obligaciones, no quiero ser una carga para nadie , recuerdos las palabras de la gente que me decía que no desaprovechara el tiempo, ahora lo añoro, me hago viejo y culminar una carrera me llevaría mucho tiempo, no he podido dormir bien en el último mes pensando en lo que va a ser de mi vida los próximos meses, pero con el dolor del alma he decidido dejar la universidad para cursar un tecnólogo en el sena , es más rápido y para nadie es un misterio que hoy en día las carreras técnicas y tecnológicas tienen mas demanda laboral que las carreras profesionales, y eso es justo lo que necesito, dinero. Si mi primera opción hubiera sido antropología en vez de medicina veterinaria la primera vez, las cosas hubieran podido ser diferentes.. uno nunca sabe.
Me siento mal, si, como ya lo dije al principio, amo esta universidad pero mis prioridades son otras, mis metas están trazadas a corto y mediano plazo, pero veo con tristeza que uno de los propósitos que tenía trazados en la vida no se va a poder cumplir, pido disculpas a la persona que probablemente necesitaba mi cupo, era más joven y tenía más herramientas para cursar la carrera, pido disculpas a mis compañeros por tomar esta decisión, a la gente que creyó en mi y pensó que terminaría acá alguna carrera, quiero disculparme conmigo mismo porque tal vez estoy siendo demasiado débil y de una u otra forma estoy ultrajando mis principios.
Me despido de la gente genial que conocí, mis compañeros y uno que otro amiguillo de otra carrera, me despido de ti chica de psicología, nunca fui capaz de hablarte, pero me conformé con verte sonreír.
Adiós Universidad Nacional de Colombia.